Evitar la legionela: Consejos de diseño para evitar valores de legionela elevados
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¿Cómo proteger las instalaciones domésticas de agua potable frente a brotes críticos de legionela? ¿Qué soluciones garantizan un funcionamiento eficiente y permiten mantener la calidad del agua potable? En la entrevista, el Dr. Peter Arens, experto en higiene de SCHELL, y Markus Mohr, encargado de ventas en el área de Proyecto e Instalación, ofrecen consejos sobre las cuestiones que deben tener en cuenta los proyectistas en relación con la higiene del agua potable.
¿Qué requisitos deben cumplirse para lograr el funcionamiento previsto de la instalación de agua potable?
Dr. Peter Arens: El requisito más importante se deriva del art. 17 de la normativa alemana para la calidad del agua para consumo humano: Los operadores de edificios deben asegurar una renovación periódica del agua a través de todos los puntos de toma, y esta renovación debe producirse, en la medida de lo posible, mediante el propio uso de la instalación. En caso de interrupciones del funcionamiento de más de 72 horas, la renovación del agua deberá efectuarse de forma manual o automatizada para garantizar el mantenimiento de la calidad del agua potable. Para evitar problemas con el agua potable se deben cumplir además otros dos requisitos: El agua potable fría no debe superar de forma duradera los 25 grados (PWC ≤ 25 °C) y el agua potable caliente debe estar, como mínimo, a 55 grados (PWH ≥ 55 °C).
¿Qué hay que tener en cuenta durante el proyecto para que la instalación de agua potable sea lo más segura posible?
Dr. Peter Arens: En las propias fases de proyecto y ejecución, las instalaciones de agua potable deben diseñarse de forma que contengan el menor volumen de agua posible (es decir, que sean lo más «esbeltas» posible), según la norma VDI 6023, hoja 1. Solo así se podrá garantizar que el agua se renueva con frecuencia a través de todos los puntos de toma durante el funcionamiento, sin necesidad de adoptar medidas especiales. Dado que, de todas formas, la renovación del agua a través de todos los puntos de toma es obligatoria por razones higiénicas según la normativa, recomiendo volver a apostar por las instalaciones de piezas en T y planificar el menor número posible de puntos de toma. Así se consigue reducir considerablemente los costes de inversión. Además, por motivos energéticos, hay que cuestionarse las instalaciones de anillos concéntricos. Esas instalaciones tienen una superficie que duplica con creces la de las instalaciones de piezas en T y las instalaciones en serie, lo produce pérdidas de calor evitables durante la circulación del agua, que, a su vez, causan un calentamiento crítico del agua fría. A menudo, esto resulta en cantidades excesivas de agua de descarga. Por lo tanto, los objetivos deben ser los siguientes: el menor volumen de agua posible, a fin de conseguir una elevada renovación del agua durante el funcionamiento normal y, por motivos energéticos e higiénicos, una superficie lo menor posible. De este modo, la higiene del agua potable, el ahorro de energía y el ahorro de agua estarán en armonía desde el primer momento, incluso si se necesitan descargas antiestancamiento por las interrupciones del funcionamiento.
¿Qué medidas puede adoptar el operador del edificio para asegurar el mantenimiento de la calidad del agua potable?
Dr. Peter Arens: Lo ideal es que haya pozos separados para las tuberías de agua fría y agua caliente, aunque es raro que el cliente dé instrucciones claras al respecto a los arquitectos, ya que, en ese momento, todavía no está pensando en los costes de funcionamiento. Solo así es posible cumplir el límite máximo de 25 °C en las tuberías de agua fría durante los calurosos días de verano sin recurrir a medidas de refrigeración activa. También es conveniente que el cliente y el proyectista intercambien información lo antes posible para que el proyectista sepa en qué zonas del edificio cabe esperar interrupciones del uso. Así, el proyectista podrá elaborar directamente los planes de descarga y adjuntarlos al libro de operaciones del edificio. Porque a la hora de decidir qué productos se van a instalar, siempre se deben tener en cuenta los costes de funcionamiento. En este sentido, las descargas automáticas son considerablemente más eficientes que las manuales, por lo que el mayor coste de adquisición se amortiza rápidamente.
Markus Mohr: Por desgracia, este enfoque coordinado, que además de ser necesario y lógico se exige en la norma VDI 6023, no se da con suficiente frecuencia en la práctica. He visto multitud de casos en los que se han proyectado y ejecutado edificios cuyo uso posterior no se correspondía (o había dejado de corresponderse) con el uso proyectado.
Según su experiencia, ¿en qué ámbito les falta más información a los operadores?
Markus Mohr: Lo cierto es que observo una gran concienciación de todos los actores implicados en todo lo relativo a la higiene del agua potable. No obstante, los reglamentos técnicos se limitan a definir un marco de aplicación general y a plantear una descripción de los objetivos, pero dejan en manos de los actores implicados cómo lograrlos. Por ese motivo, me encuentro una y otra vez con discrepancias entre las normas vigentes y una ejecución adecuada y razonable. Además, inicialmente a muchos operadores solo les preocupan los costes de inversión, y esto hace que se decanten por no instalar griferías electrónicas compatibles con la gestión de agua. En general, existe cierto desconocimiento de la posibilidad de ahorrar agua con griferías con control electrónico (hasta un 70 % en comparación con los mezcladores de maneta sencilla convencionales) al tiempo que se mantiene la calidad del agua potable. Las consecuencias se sienten luego, cuando los costes de funcionamiento aumentan debido a las descargas manuales y, además, lo hacen de forma permanente, mientras que la inversión algo mayor que requiere un sistema de gestión de agua capaz de realizar descargas antiestancamiento automáticas solo hay que realizarla una vez, y se amortiza rápidamente. A menudo, las ideas equivocadas sobre el ahorro de agua y energía hacen que la calidad del agua potable se resienta durante el funcionamiento. Por ejemplo, cuando se reduce temporalmente la temperatura del agua caliente y se realizan descargas con un caudal y una frecuencia insuficientes. A menudo, las descargas manuales no logran alcanzar el caudal volumétrico necesario, porque no se dispone de suficientes trabajadores para poder abrir simultáneamente la cantidad necesaria de griferías.
¿Cómo consigue concienciar de la importancia que tiene la higiene del agua potable?
Markus Mohr: Intento mantener un contacto y un asesoramiento estrechos desde la fase del proyecto para ahuyentar posibles miedos a un sistema de gestión del agua. Muestro cómo funcionan las descargas automáticas a través de todos los puntos de toma — tal y como se exige en la norma VDI 6023— con el sistema de gestión de agua SWS de SCHELL. Además, informo de que las griferías con control electrónico posibilitan un funcionamiento rentable e higiénico de la instalación de agua potable. Luego, en la obra, presto apoyo con consejos prácticos. Por último, un compañero se ocupa de realizar la puesta en marcha in situ, junto con el cliente, del sistema de gestión del agua.
Según su experiencia, ¿qué fallos de carácter práctico suelen conducir a una proliferación excesiva de la legionela?
Markus Mohr: Se cometen numerosos errores: A menudo, basta con situaciones aparentemente inocuas, como la omisión de la descarga manual en la grifería de la sala de limpieza porque alguien ha colocado el carrito de la limpieza justo delante, o la falta de uso de la ducha del vestuario porque la persona en cuestión lleva tres semanas de vacaciones. O, por ejemplo, cuando se deja sin uso la grifería del lavabo del aula durante las vacaciones. El estancamiento debido a la falta de uso de algunos puntos de toma y a una insuficiente renovación del agua —es decir, cuando no se dan las condiciones de «funcionamiento previsto»—, así como las temperaturas críticas, son las causas principales que conducen a una proliferación excesiva de la legionela.
Dr. Peter Arens: El gestor de las instalaciones puede utilizar sensores de temperatura para detectar a tiempo y de forma remota posibles desviaciones de las temperaturas de consigna del agua potable fría (PWC) y caliente (PWH). Así, siempre podrá reaccionar a tiempo para contrarrestar posibles problemas. En el futuro, el enfoque meramente reactivo contra la legionela deberá reemplazarse por un enfoque preventivo basado en un plan de seguridad del agua como el que presentó en 2020 la Agencia Alemana de Protección del Medio Ambiente. De este modo se protege a los usuarios y se da al operador la posibilidad de ahorrarse los elevados costes que supone un análisis de riesgos, que además conlleva una gran cantidad de trabajo, ya que luego hay que comprobar que toda la instalación cumple las normas técnicas generalmente reconocidas.
Actualmente, mucha gente apuesta por el uso de estaciones de descarga para mantener la calidad del agua potable. ¿Qué opinión le merecen dichas estaciones?
Dr. Peter Arens: Tal y como yo lo veo, las estaciones de descarga son superfluas a día de hoy, ya que de todos modos hay que renovar el agua a través de todos los puntos de toma, por lo que las instalaciones de piezas en T son la primera opción, seguida de las instalaciones de tuberías conectadas en serie para casos especiales. Asimismo, las estaciones de descarga cuestan mucho más que una o dos griferías con un caudal comparable, y necesitan además una conexión de toma de agua y desagüe que puede evitarse. El ahorro en la inversión y la instalación se puede invertir en un sistema de gestión del agua con el que se reducirán de forma permanente los costes de funcionamiento.
Markus Mohr: Si se instalan estaciones de descarga, todas las líneas deben conectarse en bucle. Esto suele agrandar de forma innecesaria la red de tuberías y la superficie de tuberías. Con ello, no solo aumentan los costes de material e instalación, sino también el volumen de descarga. Gracias a la descarga en un punto de toma terminal —bien sea a través de una grifería existente o de una cisterna MONTUS Flow—, controlada de forma centralizada mediante el sistema de gestión de agua SWS de SCHELL, es posible disponer de una instalación esbelta con un mismo sistema para todos los puntos de toma. De este modo, el gestor de las instalaciones trabajará con un único sistema con el que estará familiarizado. No necesitará ningún otro dispositivo de ajuste, y podrá consultar todos los parámetros importantes en la interfaz.
Para terminar, ¿qué consejos les darían a los proyectistas que quieran diseñar instalaciones de agua potable seguras?
Dr. Peter Arens: El proyectista debe intentar establecer un diálogo con el inversor desde el primer momento. El libro de salas, según se define en las normas VDI 3810, hoja 2 y VDI 6023, hoja 3, es un instrumento adecuado para estructurar la comunicación, a fin de conocer mejor el equipamiento con el que desea contar el inversor y las posibles interrupciones de uso. Sobre esa base, el proyectista podrá presentar su oferta, que incluirá los planes de descarga. En su oferta debería incluir también la instalación de puntos de toma de muestras, tal y como exige la normativa alemana para la calidad del agua para consumo humano, aunque muchos operadores lo desconozcan. Es decir, que la oferta no debería limitarse a presentar una instalación de agua potable funcional, sino que debería incluir también información fundamental sobre el funcionamiento higiénico.
Markus Mohr: No puedo estar más de acuerdo: Para que una instalación de agua potable funcione de forma eficiente y rentable, de conformidad con los requisitos de higiene, es indispensable que los costes de funcionamiento se detallen en la oferta.